lunes, 10 de febrero de 2014

Constantinopla

Si es una cuestión de esfuerzo no cuenten conmigo. Ya se lo dije. Les advertí, por activa y por pasiva, que podían contar conmigo un tiempo limitado. Estaba a su entera disposición para empezar todas las veces que quisieran, mientras durase el impulso de la novedad, más allá de eso no quiero saber nada. Pueden, si quieren, hacerme madrugar un día o dos. Lo mismo si quieren dejarme dormir hasta la hora de comer, un día o dos. Pero nunca bajo ningún concepto me pueden pedir que madrugue siempre ni todo lo contrario. Para valorar el sueño necesito dormir poco, para valorar la actividad necesito no hacer nada, si no lo entienden no es mi problema. Eso sí, al próximo que toque mi timbre para pedirme constancia, que sepa que desde ahora mismo estoy en el porche de mi casa sentado en una mecedora y empuñando mi viejo tirachinas. Aviso, por no ser traidor, mis disparos de advertencia son siempre a órganos vitales. Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario