- Hacer "Z". Convertirse en un ser creador por unas horas. Infinidad de "Z" son creadas cada noche por cada uno de nosotros. ¿Dónde van a parar? Probablemente otro de esos misterios relacionados con las élites económicas, incluso durmiendo se aprovechan de nuestra plusvalía, quedándose las "Z" que fabricamos. Así aumentan las diferencias entre capitalistas y obreros, ya que los capitalistas poseen el monopolio práctico de "Z". Este es un hecho que nunca veremos en los informativos, pero el mercado negro de "Z" es uno de los mercados más activos del planeta, moviendo más de 13.400 millones de "Z" cada mes. Ésto, traducido a euros, y teniendo en cuenta las velocidad de las variaciones de precios en este mercado (se piensa que es tan variable debido a sus extrañas e irregulares horas de apertura y cierre), se correspondería con entre 7.000 y 7.500 millones de euros cada día.
- Serrar un tronco. La clásica sierra atravesada de este a oeste en un tronco tumbado de norte a sur. La lentitud de este trabajo, que lleva al durmiente medio a serrar un tronco cada noche (que parece el mismo, pero es renovado cada vez que despertamos), y la existencia de u industria maderera diurna, hacen que el impacto económico de esta forma de dormir sea mínimo. No por ello carece de valor para quienes la practican, ya que otorga un elevado grado de realización personal. De esta forma la lista de cosas que toda persona debe hacer antes de morir quedaría de la siguiente manera:
-Serrar un arbol.
- Comer un libro.
- Robar un niño.- A pierna suelta. Esta es una forma de dormir que se puso muy de moda en los años 70, en algunos hospitales militares de la OTAN (NATO para los anglosajones). Al ritmo de los Creedence, muchos de estos soldados de cabeza cuadrada fueron acercándose a la cultura hippie, ampliando los cercanos horizontes de sus mentes y aprendiendo a vivir liberándose de sus posesiones materiales, en algunos casos determinadas extremidades que fueron señaladas por el napalm y las minas como "no necesarias".
- Soñar. Hablamos ahora de la más controvertida de las prácticas del sueño. Desde ciertos sectores de la derecha moderada fascista se apunta a que soñar es, sin lugar a dudas, un acto de desobediencia, además de una traición a la patria y a sus valores. Hay un grupo de intelectuales, cuyo epicentro se encuentra en la provincia de Jaen, que tienen una opinión diametralmente opuesta, consideran que soñar es una rendición de todo pensamiento rebelde ante la tiranía de las ondas del sueño. Sea como sea, soñar proporciona al durmiente que ha elegido ejercer su derecho de esta forma la posibilidad de vivir experiencias de realidad sensorial. Sin embargo la industria del sueño no está todavía muy desarrollada, y no tiene nada que hacer para competir con otras industrias del entretenimiento nocturno como puedan ser la industria del videojuego (con unos gráficos mucho más realistas), la industria del cine para adultos o la industria de la etilización recreativa.
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| Fotograma de mis sueños promedio |
- Siesta del burro/ del carnero. El nombre que recibe esta fiesta varía según el lugar del mundo hispanohablante en el que nos encontremos, aunque como vemos la nomenclatura está comúnmente relacionada con animales a cual más feo. Se trata de un periodo de dormir ejecutado con maestría en torno a las 12 de la mañana, previamente a la comida, y separado por unas horas de actividad vital después del dormir nocturno. Como es evidente estas dos últimas modalidades de dormir no son comparables a las anteriores, ya que su particularidad no está relacionada con cómo se duerme sino con cuándo se duerme. Sin embargo su inclusión en la clasificación se debe a que se trata de tradiciones con fuerte arraigo en España, que sufren la injusta discriminación de no ser incluidas entre las disciplinas olímpicas, o por lo menos hacer un concurso a nivel europeo del estilo de Eurovisión.

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