domingo, 15 de diciembre de 2013

La música se hace mejor drogado (Pt.2)

Hoy el hombre cuya foto saldría en las cajetillas de cigarros de marihuana si se vendiesen en los estancos: Bob Marley.

Robert Nesta Marley era un señor jamaicano de peculiar peinado, siempre con una sonrisa en la boca y un porro entre los labios. Esta forma de afrontar la vida, tranquila, relajada, evitando las complicaciones, da un color especial a su música. Canta al amor, a la vida, a la música, a la lucha del pueblo... pero siempre con esa tranquilidad y ese amor tan suyos, suyos y de la marihuana.


Eso es Jamming canción con la que, por cierto, hay quienes juegan a un curioso (y demoledor) jueguito relacionado con esa planta tan ilegal (y tan usada). Los que lo hayáis hecho sabréis de qué hablo, y probablemente aún os estaréis preguntando por qué parecía una idea tan divertida y luego os dio un blancazo tan grande.

Está claro que el cannabis y sus derivados son drogas blandas, por eso el final de Bob Marley, aunque prematuro, no fue tan dramático como el de otros grandes compositores colocados. A grandes rasgos parece ser que un día estaba jugando a fútbol con unos amigos y se dio un golpe en la uña del dedo gordo del pie (qué dolor). No se la curó bien, se le infecto y tuvo una especie de proceso cancerígeno y murió, en 1980.

Y por ahí otro genio que se fue. A Dios gracias, su legado es extensísimo.

One good thing about music, when it hits you feel no pain!


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